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Mariana de la Encarnación

Información personal

Nacimiento: Ciudad de México en 1571

Fallecimiento: 

Nacionalidad: Mexicana

Lengua materna: Castellano

Ocupación: Religiosa, escritora, compositora
 
Años activa: Siglo XVII
 
Lengua literaria: Castellano
 

Tabla de contenidos

Vida

Mariana de la Encarnación fue escritora y cofundadora del convento de Santa Teresa la Antigua en la Ciudad de México, junto con Inés de la Cruz. Nació en la Ciudad de México en 1571. Cuando estaba a punto de cumplir nueve años, ingresó al convento de Jesús María, una comunidad muy grande, donde no se practicaba a profundidad la vida espiritual. Ella era pequeña y en la comunidad donde estaba no encontró la guía espiritual necesaria para encauzar sus búsquedas. Sin embargo, al cumplir dieciséis años, Mariana decidió genuinamente profesar su fe y emprender el camino hacia la perfección. 

Familia

Durante sus primeros años en el convento, sus compañeras la invitaban a probar actividades recreativas y a aprender a tocar algún instrumento, lo cual le afligía por sentir que la alejaba del camino de la contemplación. En ese tránsito, se encontró con la escritura de Teresa de Ávila, a quien leyó en textos manuscritos, y donde encontró semejanzas con los principios de su propia vida. Compartió con algunas compañeras de música la devoción hacia el camino trazado por Teresa. 

Cuando conoció a Inés de la Cruz, en el convento de Jesús María, su amistad se volvió profunda y juntas fundaron el convento de carmelitas descalzas el 1 de marzo de 1616.

Formación

Mariana escribió la obra Relación de la fundación del convento de Santa Teresa la Antigua, segundo libro de nuestra colección. En este escrito, la autora habla sobre su infancia, así como sobre su vida en el convento de Jesús María y sobre el proceso de fundación del convento carmelita. Mariana de la Encarnación murió en el convento que ella fundó el 6 de diciembre de 1657.

Referencias

  1. † Cruz, Inés de la (1684). Autobiografia, en Carlos de Sigùenza y Góngora, Parayso occidental, plantado y cultivado por la liberal benéfica mano de los muy cathólicos y poderosos reyes de España, nuestro señores, en su magnífico Real
    Convento de Jesús María de México, de cuya fundación y progresos y de las prodigiosas maravillas y virtudes con que exalando olor suave de perfección florecieron en su clausura la venerable madre Marina de la Cruz y otras exemplarísimas religiosas. México: Juan de Ribera. p. f. 129-152v.
  2. † Sigüenza y Góngora, Carlos de (1684). Parayso occidental, plantado y cultivado por la liberal benéfica mano de los muy cathólicos y poderosos reyes de España, nuestro señores, en su magnífico Real Convento de Jesús María de México, de cuya fundación y progresos y de las prodigiosas maravillas y virtudes con que exalando olor suave de perfección florecieron en su clausura la venerable madre Marina de la Cruz y otras exemplarísimas religiosas. México
    Juan de Ribera. p. f. 153.
  3. † Cruz, Inés de la (2014). Fundación del convento (de Santa Teresa la Antigual. México: IISUE-UNAM. ISBN
    978-607-02-5914-2.
  4. † Cruz, Inés de la (1684). Autobiografía, en Carlos de Sigùenza y Góngora, Parayso occidental, plantado y cultivado por la liberal benéfica mano de los muy cathólicos y poderosos reyes de España, nuestro señores, en su magnífico Real Convento de Jesús María de México, de cuya fundación y progresos y de las prodigiosas maravillas y virtudes con que exalando olor suave de perfección florecieron en su clausura la venerable madre Marina de la Cruz y otras exemplarísimas religiosas. México: Juan de Ribera. p. f. 129-152V.
  5. † Barreto Ávila, Diana (2017). La Expansión de la orden concepcionista en hispanoámerica. 1570-1583. México: Tesis
    doctoral, Posgrado en Historia, UNAM.
  6. † Cruz, Inés de la (1684). Autobiografía, en Carlos de Siqùenza y Góngora, Parayso occidental, plantado y cultivado por la liberal benéfica mano de los muy cathólicos y poderosos reyes de España, nuestro señores, en su magnífico Real Convento de Jesús María de México, de cuya fundación y progresos y de las prodigiosas maravillas y virtudes con que exalando olor suave de perfección florecieron en su clausura la venerable madre Marina de la Cruz y otras exemplarísimas religiosas. México: Juan de Ribera. p. f. 130.
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