ontamos con cuatro bases de datos: la primera, contiene escritos realizados por mujeres entre los siglos XVI al XVIII, y cuenta con 140 registros; la segunda da cuenta de escritos realizados por mujeres entre los siglos XIX y XX, y está integrada por 90 registros; la tercera, denominada de Una en Una, contiene documentos sueltos de mujeres, y está compuesta por 60 registros; la cuarta, que versa sobre la toma feminista que ocurrió en la Universidad en 2019, contiene más de 307 registros.
La formación de las bases de datos del grupo de investigación comenzó a partir de la búsqueda de escritos de mujeres de los siglos XVI al XVIII, fue cuando vimos la necesidad de crear una base de datos donde quedaran registrados todos los manuscritos y los libros que íbamos hallando.
Las bases de datos dan la pauta para la continuidad de nuestro seminario y son guía de nuestras búsquedas en los diversos acervos archivísticos y bibliográficos. Desde que iniciamos el grupo de investigación, en 2008, hemos consultado diversos repositorios en México, en Centroamérica, así como en Estados Unidos y en Europa con el fin de reproducir todo aquel material que haya sido escrito por una mujer y que haya circulado en la Ciudad de México, ya sea como fotografías digitales, fotocopias o microfilms. También, como en el caso de la base de Una en Una, hemos aceptado donaciones de diversos documentos, libros o fotografías.
Las cuatro bases de datos están en soporte original en Excel, cuya matriz cuenta con doce campos: número de registro, repositorio original, signatura original, autora, título, fecha, fojas, procedencia, contenido, observaciones, reproducción y soporte para el proyecto.
Los materiales que se pueden encontrar en las bases son diversos, y van desde diarios, crónicas, devocionarios, testamentos, autobiografías, epistolarios, tratados o recetarios hasta fotografías, memes, diplomas e infografías, entre otros.
Las bases de datos resultan fundamentales porque de ellas se nutren nuestros proyectos. Las referencias de los documentos que contienen las bases de datos nos han permitido ir trabajando en la transcripción paleográfica, cuando es el caso, para su posterior edición, marcaje digital y publicación.